Ayer me tocó contaros todas las cosas extraordinarias que me habían ocurrido durante este año, pero no todo ha sido bonito, os dije que el balance del año había sido negativo y si… hace poco murió mi marido, por eso aprecio tanto estar siempre en familia, todo lo malo que me ha podido pasar este año es insignificante comparado con esto. Sabéis que a veces hay discusiones, alguna que otra visita al médico, algún sustillo, lo típico vamos… pero esto ha sido uno de los golpes más duros de mi vida.
Estoy tranquila y por otra parte orgullosa porque tanto él como yo hemos exprimido al máximo cada momento, pero le echo mucho en falta. Era un poquito cascarrabias jeje pero eso viene con la edad. Ley de vida.
Me vienen muchos recuerdos a la memoria, cuando venían a buscarnos en carros los chicos para ir al baile, una vez allí todas nos quedábamos sentadas a que vinieran a sacarnos a la pista para bailar y nada de bailes como los de ahora con tantos saltos, el baile era lento, en pareja y poco pegado… los padres estaban por allí cerca y si veían un mínimo roce...ya os imagináis, así fue como le conocí. Me invitó a bailar un paso doble, los dos éramos bastantes torpes y al final terminamos en el suelo, no pudimos parar de reír. Al día siguiente un ramo de rosas blancas llegó a mi casa y desde ese momento sentí que sería alguien especial en mi vida.
Aunque los tiempos de antes no son los de ahora hemos viajado mucho, incluso al extranjero, nuestro primer viaje como casados fue en Nueva York, si, cruzamos el charco como se suele decir, en ese momento me sentí una privilegiada, parecía que íbamos a descubrir un mundo nuevo. Ya os imagináis cuando llegamos, ESPECTACULAR, las calles, las luces, tanta gente… eso sí, el inglés no le llevábamos muy bien aprendido y nos costó entendernos con el resto de gente.
Otro de los viajes espectaculares que hicimos fue a Túnez, recuerdo que estuvimos montando en camello y que justo a nosotros nos tocó un camello un tanto extraño, hacía lo que le venía en gana, tanto es así que terminamos perdidos porque se salió de la ruta y aL no poder controlarle fuimos a parar a un sitio que los dos desconocíamos, menos mal que después de dos horas lograron encontrarnos, sino todavía estaríamos por allí perdidos.
Me podría tirar contando todo el día anécdotas pero estas son las primeras que se me han venido a la mente. Son muchos momentos junto a él y como dicen por aquí, eso es lo que se queda, sólo muere lo que olvidas.
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