lunes, 2 de enero de 2012

3,2,1...¡ FELIZ AÑO 2012!


Tachán, tachán…. Hoy es el último día del año, parece que va a terminar una nueva etapa y que comienza otra con nuevos y mejores propósitos, parece que dejamos los problemas a un lado y lo único que queda en nuestra mente son los buenos momentos que hemos tenido durante este período de tiempo. Lo nuevo y lo viejo no lo puede determinar un calendario, ni un día de cumpleaños, ni el año nuevo… lo nuevo y lo viejo lo determina un suceso ya sea grande o pequeño que nos cambia, lo ideal sería que no nos hiciera cambiar completamente como personas sino que ese suceso hiciera conservar lo bueno que hay en cada uno de nosotros.
Día de propósitos, de balances… pero también me he parado a pensar todas aquellas cosas que me hubiera gustado hacer y que me he quedado con las ganas de hacerlas.
Julián, mi marido, estuvo todo el año diciéndome que quería celebrar una comida con toda la familia (él pagaba), esperamos mucho tiempo y al final no la hicimos, yo creo  que será una de las primeras cosas que haga en el año que vamos a comenzar.
Este año he salido poco a la calle, la verdad que estoy muy a gusto en mi casa y como es grande también puedo pasear, pero me canso de estar siempre aquí metida. Me hubiera gustado salir un poco más a pasear por la calle, ver a la gente, si ha cambiado algo o no en el pueblo…, pero también soy consciente de que tengo que parar muchas veces cuando ando porque me canso con facilidad. Hace poco vino mi nieta en coche y la pedí por favor que me diera una vuelta por el pueblo para ver como estaba, lo noté muy cambiado.
Otra de las cosas que me hubiera gustado hacer este año hubiese sido ir a Madrid, mi otra nieta está allí estudiando y según me dice vive en un pisito muy mono cerca de Princesa, siempre me está diciendo que cuando voy a ir a verle, que le haría mucha ilusión, pero entre unas cosas y otras me hago la comodona y no voy. No lo tengo muy complicado porque sería montarme en el coche y me dejarían exactamente en la puerta donde ella vive, pero me da mucha pereza moverme de aquí, me lo replantearé para este nuevo año, además creo que es su último año de carrera y en junio le abandonará, ojala pueda ver con mis propios ojos su graduación.
Me he puesto a escribir en un ratito después de la cena, no hemos terminado muy tarde y por eso me ha quedado tiempo antes de que toquen las campanadas, solo quedan diez minutos para las doce así que es hora de que vaya cerrando el diario si quiero comerme con tranquilidad las uvas. ¡Feliz año nuevo a todo!, son supersticiones pero poneros algo de color rojo, brindad con una copa de champán y un anillo dentro de ella y poner el pie derecho sobre el suelo para empezar bien el 2012.

¡FELIZ 2012!

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